La de ayer por la noche fue una velada llena de satisfacciones para la selección norteamericana de atletismo. Junto al oro y al bronce de los 200 m femeninos, lograron también las medallas de oro y de plata en los 110 m vallas, así como una de oro y una de bronce en el salto de longitud femenino. La final de los 110 m vallas estuvo dominada por Aries Merritt, el único de los finalistas de la carrera por debajo de los 13”. Aunque no logró batir el record mundial, este atleta norteamericano, en su primera olimpiada, fijó su récord personal en 12.92. La medalla de plata la obtuvo su compañero de selección, Jason Richardson, mientras que la de bronce la ganó Hansle Parchment, que fijó el récord nacional jamaicano. Gran desilusión para Dayron Robles, que tuvo problemas en la mitad de la carrera y no la pudo terminar. La grandiosa velada de estrellas y franjas prosiguió en el salto de longitud femenino, con Brittney Reese, la favorita del día anterior, que ganó el oro en el primer salto con una marca de 7,12 m. La rusa Elena Sokolova ganó la medalla de plata y la norteamericana Janay Deloach la de bronce. La sorpresa de la velada se tuvo en la final de los 400 m vallas femeninos, con la rusa Natalya Antyukh, que se colgó el oro atravesando la meta antes de la gran favorita, la norteamericana Lashinda Demus. El bronce lo obtuvo la atleta checa Zuzana Hejnova.