Los Juegos de 1976 en Montreal han sido más recordados por los altos costes incurridos que por las grandes actuaciones de los atletas. Fueron los primeros de los diez Juegos Olímpicos protagonizados por Mondo.
La adjudicación a Montreal de la organización de los Juegos Olímpicos de 1976, fue para la ciudad canadiense la realización de un sueño que ya se había truncado más de una vez en el pasado: la ciudad canadiense, de hecho, había solicitado ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1944 (no se celebraron a causa de la guerra) y de 1956, y de los de verano de 1972. Para apoyar la candidatura de Montreal, con relación a la de Moscú y Los Ángeles, fue intención del Comité Olímpico Internacional el no confiar la organización de los Juegos a una de las superpotencias, por el riesgo de tener que presenciar de nuevo represalias políticas, algo que ya había sucedido en dos ediciones sucesivas de los Juegos Olímpicos. Las Olimpiadas de Montreal 1976 fueron la realización de un sueño para Mondo, aunque también lo son las de Londres 2012, celebrando sus décimos Juegos Olímpicos consecutivos. "En aquellos días las cosas eran un poco diferentes, porque todavía no existía el profesionalismo de hoy en día". Para nosotros los Juegos Olímpicos de Montreal, así como todos los Juegos en los que participamos, fue una experiencia importante porque nos ayudó a crecer como empresa desde diferentes puntos de vista ", dice Federico Stroppiana, Director General del Grupo Mondo.
Entre otras cosas, Montreal 1976 fue la oportunidad para la empresa italiana de dar vida a Mondo América. Incluso se puede afirmar que la aventura de Mondo en América del Norte comenzó en aquel periodo, y después comenzó a desarrollar estrategias a través de varias vicisitudes; la primera en Canadá y luego, a partir de finales de los 80, en los Estados Unidos.
"Desde el principio, la idea inicial fue expandirse a un mercado mucho más grande, y tan importante como el de los EE.UU. - recuerda Federico Stroppiana - pero al principio no fue fácil. Por lo tanto, al principio estuvimos trabajando mucho más en Canadá. "Hoy en día, el 20% de las ventas en América del Norte provienen de Canadá y el resto de los Estados Unidos. Esto se debe a la difusión que los productos Mondo han tenido en los últimos 20 años, sobretodo, si nos referimos a pistas de atletismo, en el ámbito del deporte universitario, sector en el que se han llevado a cabo muchas inversiones.
Para convertirse en Proveedor Oficial de los Juegos Olímpicos, un aspecto muy importante, es la experiencia y la reputación que una empresa se ha creado a lo largo de los años, no tanto por su nombre, sino por el aseguramiento de la calidad de los productos que ofrece. "Si tenemos en cuenta la pista olímpica - explica Federico Stroppiana - en comparación con los costes de los Juegos, no es un gasto grande, porque las grandes inversiones son las del estadio y otras obras de infraestructura. La pista, sin embargo, es fundamental para el éxito de los Juegos Olímpicos. Es la más visible durante toda la manifestación y donde tendrán lugar los acontecimientos más importantes, incluyendo las ceremonias de inauguración y clausura. En ella se centra la atención de todos los medios de comunicación y una audiencia máxima en televisión. Si algo fuese mal en la pista olímpica, el fracaso sería mucho más que un accidente registrado en otra instalación deportiva. Por esta razón, el COI debe asegurarse de que la pista del Estadio Olímpico sea un producto de calidad, al tiempo de garantizar las mejores actuaciones de los atletas. Es mejor tener un producto que los atletas ya conozcan y estén acostumbrados a usar, porque si se eligiese una superficie nueva, el riesgo sería muy grande, no sólo en términos de calidad, sino también para el rendimiento de los atletas. "
Aunque la participación en los Juegos Olímpicos representa, desde un punto de vista económico, un coste para una empresa, no hay duda de que éste es una valiosa inversión: de hecho, no hay ningún acontecimiento deportivo que pueda ofrecer un alcance y una presencia similar a nivel mundial. Por ello, la competencia para ser elegido proveedor oficial es muy fuerte. "Son muchos los competidores, por lo que tienes que trabajar con tiempo y en profundidad con el Comité Olímpico local, - concluye el director general del Grupo Mondo -. Cada edición de los Juegos tiene un Comité diferente, así que tienes que empezar de cero cada vez, porque aunque cuentes con la garantía de un trabajo bien hecho anteriormente, tienes que volver a hacerlo con naciones y pueblos diferentes que tal vez no te conozcan. Por ejemplo, ya se han iniciado los primeros contactos con el Comité Olímpico Brasileño, y se intensificarán después de Londres 2012. Es un trabajo al que se debe dedicar un tiempo considerable".
La esperanza de que la adjudicación de los Juegos Olímpico a Montreal, pudiese evitar los desacuerdos políticos se desvaneció cuando un numeroso grupo de países africanos decidieron boicotear los Juegos en protesta contra el Apartheid en Sudáfrica. La acusación a los organizadores era que habían permitido a Nueva Zelanda, que hacía pocos meses había jugado al rugby en suelo sudafricano, participar en los Juegos Olímpicos. En aquel entonces, en efecto, existía una prohibición en vigor, que prohibía a Sudáfrica participar en eventos deportivos internacionales y a los otros países participar en acontecimientos deportivos organizados en el país africano. En total, veintidós fueron las naciones que se unieron al boicot. Irak y Guyana también se unieron a la protesta llevada a cabo por la delegación del Congo. Algunos países (como Marruecos, Camerún y Egipto) se unieron a la protesta después de la finalización de la primera jornada de los Juegos. Sólo Senegal y Costa de Marfil no se retiraron.
El Estadio Olímpico de Montreal fue diseñado por el arquitecto francés Roger Taillibert, quien se inspiró en las formas de plantas y animales para diseñar lo que todavía se considera una obra maestra de la arquitectura orgánica moderna. La idea inicial era construir el primer estadio del mundo, con un techo retráctil. El proyecto preveía una torre de 175 metros de altura, inclinada sobre el estadio, que desplegaría o recogería la cubierta en función de las condiciones ambientales. La complejidad del proyecto hizo, junto a una serie de huelgas, que solamente la estructura básica pudiera estar lista a tiempo para los Juegos, mientras que la torre y el techo no se terminarían. Bajo la torre inacabada, se construyó a tiempo la piscina olímpica y el velódromo. Durante los Juegos, el Estadio Olímpico ha acogido la celebración de varios acontecimientos, entre los que incluyen las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos, las competiciones de atletismo, las finales del torneo de fútbol y las actuaciones del equipo de equitación.