Para elegir un pavimento para un pabellón polideportivo de interior se deben valorar una serie de condicionantes, ya que cada recinto es único y cuenta con sus propias necesidades: ¿Cuáles son las características del pabellón? ¿Qué deportes se van a practicar? ¿Qué equipamiento deportivo se va a utilizar? ¿El recinto va a tener un uso intensivo?
Los responsables de la selección y compra de un pavimento polideportivo de interior deben tener en cuenta que existe una norma UNE-EN 14904:2007 que regula y garantiza que el pavimento cumple los requisitos mínimos para el uso deportivo de interior.
Esta norma garantiza que si el pavimento está certificado tendrá un comportamiento biomecánico adecuado para un uso deportivo y, al mismo tiempo, resistirá adecuadamente el paso del tiempo.
Entre los aspectos que regulan la norma encontramos, por ejemplo, la absorción de impactos, deformación vertical, coeficiente de fricción, bote de balón, resistencia frente a impactos, resistencia frente a huellas remanentes, resistencia frente a cargas rodantes, comportamiento frente al fuego, etc.
Explicamos a continuación tres tipos de pavimentos deportivos de interior recogidos en la norma UNE-EN 14904:2007. Sus características dependen de los materiales utilizados para su fabricación y su estructura final, los cuales determinan su comportamiento elástico:
A la hora de definir el pavimento para un determinado pabellón también se debe tener en cuenta qué deportes se van a practicar, qué pintados se van a marcar sobre él, el equipamiento deportivo que se utilizará (porterías, canastas, graderíos,…) y qué anclajes se prevén encastrar bajo el pavimento.
Algunos deportes, sobre todo para partidos de competición oficial, se deben jugar sobre determinados pavimentos conforme a los respectivos reglamentos:
Baloncesto de alto nivel: pavimento de madera fijo o desmontable.
Fútbol sala: madera o sintético.
Balonmano de alto nivel: madera o sintético.
Voleibol de alto nivel: pavimento sintético y normalmente desmontable.
La decisión de un pavimento deportivo debe tener en cuenta la normativa vigente, los deportes que se vayan a practicar, el nivel de competición que se vaya a practicar y las actividades de uso no deportivo que se vayan a llevar a cabo. Se debe consultar a todas las personas que vayan a hacer uso de la instalación (gestores deportivos, personal de mantenimiento, entrenadores y deportistas de competición, propiedad, usuarios, etc.) para asegurarse de que la elección es la adecuada.