Situado en una finca de 13 hectáreas en una isla del archipiélago de Estocolmo, el complejo de Bosön es el cuartel general de la Federación Nacional del Deporte de Suecia. Para estar acorde con los tiempos y garantizar instalaciones a la altura del nivel de excelencia alcanzado por los atletas del país escandinavo, las instalaciones outdoor e indoor han sido renovadas con superficies y equipamientos Mondo.
El “genio” Zlatan Ibrahimović es sueco. Al igual que es sueco Sven-Göran Eriksson y lo era el increíble trío “Gre-No-Li”, compuesto por Gunnar Gren, Gunnar Nordhal y Nils Liedholm, que en los años cincuenta hicieron grande al Milan y a su selección nacional. Dejando a un lado el fútbol, Suecia ha dado campeones de esquí del calibre del imbatible Ingemar Stenmark y del inventor del moderno salto en V Jan Boklöv. En tenis encontramos al trío de números uno mundiales Björn Borg, Mats Wilander y Stefan Edberg, y en ciclismo al vencedor del Giro de Italia Gösta Pettersson. En balonmano la selección sueca es uno de los dos equipos que ha conquistado cuatro veces la copa del mundo. En atletismo basta citar nombres como el de Christian Ollson, tres veces campeón del mundo y ganador del oro olímpico en triple salto, o el de Patrick Sjöberg, cuyo record europeo de salto de altura, 2,42 metros, resiste imbatido desde 1987. Y se podría continuar mucho más, pues para un país con una población que no llega a los 10 millones de habitantes, Suecia tiene una extraordinaria capacidad de producir campeones en las más variadas disciplinas deportivas.
Esto resulta menos sorprendente cuando consultamos las estadísticas nacionales y descubrimos que más de 2 millones 200 mil suecos –es decir casi un habitante de cada cuatro en la franja de edad comprendida entre los 7 y los 70 años- practican asiduamente un deporte y están inscritos en una de las 22 mil asociaciones deportivas. Asociaciones, que, entre otras cosas, pueden contar con el apoyo de un millón de socios no practicantes.
Los números no dejan lugar a dudas: para los suecos el deporte es un aspecto fundamental de su cultura nacional. Lo practican en masa y se lo toman muy en serio. De este modo, la Federación Nacional del Deporte de Suecia, la entidad que junto al Comité Olímpico Nacional tiene la misión de gestionar, coordinar y promover las 70 disciplinas practicadas de manera organizada, ocupa un papel primordial en la vida del país, hasta tal punto que desde su fundación en 1903 hasta los primeros años noventa, su presidencia ha sido ejercida tradicionalmente por uno de los miembros de la familia real. Más recientemente, han sido elegidos como presidentes personalidades relevantes del ámbito deportivo, desde Arne Ljungqvist –campeón de salto de altura en los años cincuenta y hoy un gran médico deportivo y presidente de la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional– cargo que ocupó en la década de 1991-2001 pasando el testigo al ex portero de la selección de fútbol Gunnar Larsson al que, en 2005, le sustituyó la actual presidenta, la campeona de equitación Karin Mattsson Weijber, la primera mujer que lleva las riendas del deporte sueco.
El cuartel general de la Riksidrottsförbundet, o RF como habitualmente se abrevia el nombre oficial de la Federación, está en Bosön. La función principal de este complejo, que “fue donado a la Federación Nacional del Deporte de Suecia por un hombre de negocios”, como nos explica la propia Karin Mattsson, es la de un centro de adiestramiento deportivo capaz de “ofrecer algo a cada tipo de atleta, sin centrarse exclusivamente en un deporte en especial”. Pero sobre todo, Bosön quiere ser “un centro de excelencia deportiva que ayude a nuestros atletas a competir al máximo nivel internacional”.
Para perseguir estos ambiciosos objetivos, además de los centros donde se entrenan los atletas de cada deporte, el complejo de Bosön alberga un centro de instrucción deportiva polivalente. Desde la escuela superior a las carreras universitarias, el centro es un foco de cultura general con orientación hacia el deporte. Sus cursos de educación secundaria permiten a los jóvenes atletas prepararse para su carrera deportiva sin comprometer sus posibilidades de adquirir una buena cultura general. Y los cursos universitarios forman a profesores, entrenadores, médicos deportivos y a todos los especialistas de las ciencias del deporte que desde siempre han sido un orgullo para Suecia.
No hay duda de que obtener resultados deportivos de alto nivel cuesta lo suyo. “Lograr mantener alto el nivel de las instalaciones con continuas inversiones es ciertamente uno de nuestros retos más serios”, reconoce la presidenta Mattsson. Para reducir su grado de dependencia de las finanzas públicas, y aprovechándose de su magnífica ubicación, Bosön ofrece sus instalaciones como centro de congresos, y con un éxito cada vez mayor. Con una superficie total de 13 hectáreas, el complejo se construyó en la isla de Lidingö, uno de los rincones más sugestivos del archipiélago de Estocolmo. La ciudad está a escasos veinte minutos en coche, pero el verde y la amplitud del horizonte marino hacen olvidar completamente el tráfico y los ruidos de la vecina capital. No es ninguna casualidad que, en la cumbre de su éxito mundial, también el grupo Abba se estableció en una lujosa villa de Lidingö.
Aparte del interés que puede suscitar como sede de congresos y reuniones de negocios, también la hospitalidad de Bosön está orientada ante todo a los deportistas, hasta tal punto que recientemente la Federación ha inaugurado un modernísimo hotel “pensado expresamente para los equipos jóvenes”, explica Mattsson. Equipos que, más allá del alojamiento, se ven atraídos, obviamente, por las propias instalaciones deportivas.
Para garantizar el alto nivel que los atletas esperan de Bosön, el Consejo de Administración recientemente ha decidido renovar buena parte de sus instalaciones. Explica Karin Mattsson: “Constantemente tratamos de mejorar las instalaciones para atender las exigencias de nuestros usuarios finales. Cuando la instalación externa de atletismo se deterioró, decidimos construir dos superficies distintas, una con hierba natural y la otra con hierba artificial. Destinadas principalmente al fútbol, se proyectaron para poder ser usadas también en otros deportes. Aprovechamos la ocasión para renovar también las pistas y las instalaciones internas”.
Para estos dos proyectos de reestructuración de tanta envergadura Bosön confió plenamente en Mondo: “Aunque no era estrictamente necesario, decidimos apostar totalmente por un único proveedor, porque Mondo tiene una merecida fama internacional y posee las mejores referencias a nivel mundial en cuanto a pistas y superficies de césped artificial se refiere”, explica la presidenta. Las expectativas no quedaron decepcionadas pues “Mondo demostró ser capaz de proporcionarnos a un precio razonable los materiales y los servicios solicitados totalmente a la altura de nuestras exigencias”.
Para la pista externa se eligió una superficie estudiada específicamente para el entrenamiento y la competición como Mondotrack SX. Se usó alta tecnología también para la pista indoor, para cuya superficie se seleccionó la Sportflex Super X. Por el contrario, para el gimnasio se seleccionó el pavimento multideporte Mondoflex II.
Entre las decisiones más innovadoras del nuevo complejo destaca la realización de un campo de fútbol con césped artificial. Una decisión marcada por el hecho de que la selección nacional femenina sueca se entrena precisamente aquí: “Queríamos una superficie de la máxima calidad”, recalca la presidenta. “Por eso elegimos un sistema de césped artificial capaz de responder a los requisitos marcados por la FIFA. El sistema Mondoturf FTS3 superó brillantemente todas las pruebas y nos permitió obtener para el campo la certificación FIFA 2 Star”.
La Federación Internacional de Fútbol, conocida por sus siglas FIFA por su nombre oficial en francés -Fédération Internationale de Football Association-, es el organismo internacional con sede en Zúrich que gobierna el deporte del fútbol y sus derivados, como el fútbol 5 o fútbol sala y el fútbol-playa. Su presidente, el suizo Joseph Blatter, es un ferviente partidario de los campos de césped artificial para partidos de fútbol a todos los niveles, incluidas las máximas competiciones a nivel mundial.
En particular, Blatter ha hecho valer toda su autoridad posicionándose claramente a favor de los campos de césped artificial después de que un estudio de la universidad de Colonia certificara con rigurosos métodos científicos que, desde el punto de vista del juego, un césped artificial de calidad es totalmente idéntico a los mejores campos de césped natural. Frente a esta identidad de efectos sobre el juego están las enormes ventajas que el césped artificial es capaz de ofrecer.
Ante todo, el césped artificial garantiza la posibilidad de tener estadios con una superficie de juego óptima incluso en lugares donde el clima hace imposible el crecimiento del césped natural sin intervenciones costosísimas y muy gravosas desde el punto de vista del impacto medioambiental. Basta pensar en los países nórdicos, con temperaturas bajo cero durante muchos meses al año. O en el lado opuesto, en los estadios en zonas desérticas o muy áridas, donde el mantenimiento del césped de un campo de fútbol conlleva un gasto enorme de agua, tan valiosa en esas latitudes.
Pero los campos de césped artificial ofrecen importantes ventajas económicas y ambientales también en las zonas de clima templado. El césped artificial se puede usar sin problemas de manera mucho más intensiva y dura mucho más tiempo que el césped natural, lo que significa que un mismo estadio pueda albergar un mayor número de partidos, reduciendo de forma muy notable los costes y la necesidad de ocupar las grandes áreas requeridas por la instalación.
Para garantizar que las instalaciones posean realmente las características necesarias para un buen desarrollo del juego, la FIFA implantó un riguroso sistema de controles para obtener la certificación de idoneidad. Hay previstos dos niveles de certificación: “One Star” y “Two Star”, es decir una o dos estrellas.
El primer nivel, One Star, está orientado a los campos que, con exigencias más limitadas, como las de los centros deportivos públicos o estadios en los que se disputan partidos locales.
El nivel Two Star, que se obtiene después de controles mucho más largos y rigurosos es el reservado a los grandes estadios para los partidos de todos los niveles, incluidos partidos del calendario internacional. Solo las superficies más tecnológicamente avanzadas y fiables en el tiempo, como Mondoturf FTS3 son capaces de obtener regularmente este nivel de certificación.
Como conclusión de la entrevista, la presidenta Karin Mattsson Weijber nos revela los objetivos del renovado complejo de Bosön, tanto en lo que respecta al fútbol como a las otras disciplinas: “Queremos ofrecer un centro donde los atletas de alto nivel puedan mejorar su rendimiento tanto en invierno como en verano. Poniendo a su disposición centros de adiestramiento deportivo y entrenamiento de alto nivel, las distintas selecciones nacionales seguirán beneficiándose de este complejo como el principal lugar de encuentro”. Es como decir: los futuros Sjöberg y Olsson saldrán de aquí. Y quizás el próximo Ibra podría dar sus primeros pasos en el recién estrenado sistema de césped artificial de Bosön.