En el horizonte se presenta como un colosal lingote de oro extendido sobre una superficie de 168.000 metros cuadrados. En realidad, el Wukesong Culture and Sport Center de Pekín es un complejo deportivo de vanguardia que, por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, ha albergado todo el torneo de baloncesto de las Olimpiadas 2008 en un único edificio desde el principio de la competición hasta las finales.
El proyecto inicial presentado en 2003 ante la “Municipal Planning Commission” de Pekín preveía una estructura totalmente recubierta de paneles LCD. “Un estadio que pareciese un gigantesco televisor” es la idea que llevó a la comisión a adjudicarle el primer puesto en la clasificación a la Burckhardt+Partner de Zúrich, la artífice del proyecto. “Olimpiadas para la gente” era uno de los lemas de Pekín 2008 y ¿qué podía ser más cercano a la gente que un estadio que ofreciese a los ojos de todos el espectáculo de lo que estaba sucediendo en su interior?
Pero después, en la fase de ejecución, el cálculo de los gastos necesarios para transformar en realidad un diseño de esta envergadura prevaleció sobre la idea inicial. El Architecture Research Institute de Pekín revisó el estadio recubriendo la superficie de la estructura con vidrio especial de baja radiación. Para reforzar la idea de Olimpiadas Verdes, el exterior del edificio fue revestido con columnas de aleación de aluminio capaz de reflejar el 80% de las radiaciones térmicas infrarrojas. Además, el estadio fue equipado con un sistema de circulación de aguas pluviales y de paneles solares para potenciar la iluminación LED nocturna. Por otra parte, gracias a la instalación de ventiladores en la parte superior del revestimiento, en las cornisas y en el techo, el estadio cuenta con ventilación natural sin gasto adicional de energía.
“En el área dedicada a los juegos olímpicos hay 10 complejos deportivos” cuentan los arquitectos de la Burckhardt+Partner de Zúrich. “Uno de los más espectaculares es el estadio de baloncesto con sus 18.000 asientos en el interior de un cubo de 70 metros de altura y una superficie practicable de 130 por 130 metros. El techo que cubre el estadio está suspendido por 12 estructuras de acero que recuerdan las canastas de baloncesto”. (Foto del proyecto enviada por los arquitectos).
En efecto, quien sale de la estación de metro de Wukesong y se encuentra delante de esta construcción se queda con la boca abierta. En total tiene siete plantas: tres subterráneas y cuatro en superficie. Los asientos para el público están tapizados desde el primero hasta el último para garantizar el máximo confort incluso durante largas sesiones sentados. Para quien no repare en gastos, en la segunda planta hay 45 palcos de lujo, 29 grandes y 16 más pequeños, para asistir al espectáculo desde una posición privilegiada. Y desde cualquier punto de las tribunas se puede gozar del espectáculo ofrecido por las inmensas pantallas que cuelgan desde arriba. Se trata del primer sistema de paneles LED de alta definición montados en embudo, capaces de responder a las exigencias de competiciones internacionales de alto nivel, como las exigidas en la NBA (National Basketball Association).
Si desde el punto de vista arquitectónico es fácil quedar fascinado por la complejidad y, al mismo tiempo, la simplicidad de esta estructura, como apasionados por el deporte no podemos dejar de considerar que para nosotros el auténtico centro de atención es la pista, la “arena” a la que los héroes del basket bajan y se retan bajo la mirada de todo el público. Y hablando de la pista, sin ninguna duda, la calidad y la pericia con la que ha sido realizada la del Culture and Sport Center está en total consonancia con todo el resto. Ha sido proyectada para responder rigurosamente a los criterios impuestos por la NBA, valiéndose del asesoramiento del FIBA Study Center. En el fondo, la exigencia era muy simple: la pista debía satisfacer totalmente los requisitos de los mejores atletas mundiales. El pavimento que mejor cumplía con estas exigencias era el Fast Break System 2 de Mondo, aprobado oficialmente por la FIBA y comentado así por su Secretario General, Patrick Baumann: “Se trata de una superficie de altísimo nivel que ha contribuido de modo relevante a garantizar el éxito excepcional del torneo de baloncesto durante las Olimpiadas de Pekín”.